El deporte es más que el atletismo y los movimientos elegantes. Te ayuda a convertirte en una versión más productiva de ti mismo al superar el cansancio persistente, recuperar energía y encontrar el equilibrio interior. Inesperadamente, el movimiento puede contener el secreto de una comprensión más profunda de tu cuerpo y de tu conciencia, lo que en última instancia conducirá a la armonía, en primer lugar, con uno mismo.
Nuestros niveles de energía se ven fuertemente afectados por los procesos que se inician cuando empezamos a ejercitar regularmente nuestro cuerpo. El movimiento promueve la creación de hormonas que nos dan una sensación de plenitud interior, aumenta la circulación sanguínea y satura las células con oxígeno. Esto explica por qué notas que después de nadar o caminar vigorosamente, tu mente parece aclararse y el cansancio da paso a la ligereza. Cualquier forma de deporte añade ritmo a nuestras vidas al ofrecer algo nuevo y emocionante para reemplazar la rutina y el estrés de las responsabilidades diarias.
Nuestra productividad diaria también se ve afectada por la actividad física. El deporte nos ayuda a aprender habilidades de gestión del tiempo, lo que mejora nuestra organización y reduce nuestra tendencia a posponer las cosas. Por ejemplo, una breve sesión de ejercicio por la mañana puede contribuir a empezar el día de forma positiva, ya que estar contento nos permite centrarnos más en el trabajo o los estudios. Entrenar de forma regular aumenta la resiliencia mental, lo que facilita la gestión del estrés y la búsqueda de respuestas incluso en las circunstancias más difíciles.
El encanto que descubrimos a través del movimiento se produce cuando el cuerpo y la mente están en perfecta sintonía. El deporte nos ayuda a desarrollar la fuerza interior, lo que hace más fáciles las tareas diarias porque cada paso que damos nos inspira y aumenta nuestra confianza. Además de ser saludable para el cuerpo, la actividad física es una forma fantástica de infundir vitalidad y alegría creativa a la vida diaria. Encontrar el movimiento para uno mismo es, pues, encontrar una fuente interior de fuerza que puede impulsarnos hacia la armonía y el éxito en todas las facetas de nuestra vida.